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Venado Tuerto - Origen del nombre

Texto: Cuello, Fernando E., Venado Tuerto y sus alrededores- Naturaleza, Geografía e Historia, Venado Tuerto,  2006

 


Aunque varias leyendas tratan de explicarlo, el origen del nombre de Venado Tuerto  se pierde en los pliegues de la historia.

En mi opinión, posiblemente el nacimiento de este topónimo, lo debamos a los indios de la pampa.

Los araucanos denominaban a estos campos como Traumá Trüli (Trauma: Tuerto, Trüli: Venado"), tomando el nombre de una laguna en las cercanías de la actual localidad de Christophersen. Así lo podemos confirmar a través de una variedad de referencias.

La primer cita documentada, según escribe Roberto Landaburu en su libro Irlandeses, data de 1837, cuando un indio atrapado en las cercanías de Los Desmochados, refiere que la " indiada" al mando de Painé se encontraba en las cercanías de " Tuerto Benado", ignorando si este término correspondía a la traducción de lenguas indias (Ref 1).

Por vez primera aparece marcado en un mapa en la Carta de las Pampas del Sud, en 1872, indicando una laguna con el nombre indígena de Trommá Trolí, con traducción debajo: Venado Tuerto. (Ref 2)

Posteriormente, en 1879, Federico Barbará en su Manual de Lengua Pampa, en el apartado de nombre indígenas aplicados a ríos y lagunas, indica que la Laguna Traumá Trüli significa Venado Tuerto (Ref3)

 

Así pues llamaban los indios a estas tierras que hoy habitamos, e invita a pensar si la leyenda más cercana a este topónimo, sea la que refiere a un Venado fantasmagórico, que mora en esa laguna, y que espanta echando chispas de fuego, por la cuenca del ojo faltante, a los desconocidos que en las noches sin luna, se aproximan a sus campos…

Las otras leyendas

La Leyenda "Oficial" 

La leyenda oficial, que circula desde los primeros tiempos de la fundación de Venado Tuerto, hace referencia de un venado de las pampas, que herido por los indios, buscaba refugio en el fortín, anunciando la llegada del malón. Esta leyenda que en las distintas versiones está cargada de connotaciones racistas y discriminatorias, tenía su máxima expresión en la placa (Ver abajo) que se encontraba debajo del monumento erigido al Venado Tuerto, en la Plaza San Martín  de la ciudad (ubicación en el mapa), hoy retirada por disposición del Concejo Deliberativo de la ciudad.

 

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Texto de la placa colocada en el monumento al Venado Tuerto en la plaza San Martín

Venado Tuerto en la leyenda

Érase… en este sur santafesino un fortín
Érase entre los hombres del fortín un tierno venado recogido en las inmediaciones
Le faltaba un ojo y creció mimado por la compasión de todos
En su instinto fue iluminándose una tierna inclinación de agradecimiento al hombre
Su hermano el hombre sufría la dura y despiadada incursión del indio que a punta de lanza y fuego desbastaba  el esfuerzo civilizador.
Creció el venado, compartió la adversidad.
El fortín se hizo colonia y la tierra virgen comenzó a dar sus frutos.
Cuando el malón intentaba sus asaltos, dice la leyenda que el venado volvía velozmente a la colonia delatando así el inminente peligro.
Cuando Don Eduardo Casey fundó esta colonia dándole como nombre VENADO TUERTO dejó para la historia un homenaje al venado que con misterioso instinto acompaño a nuestro hombres de las horas iniciales

Municipalidad de Venado Tuerto

Rotary Club

28 de  Noviembre de 1982

Origen de esta leyenda

Esta leyenda aparece por primera vez escrita en el libro publicado por Eduardo Huhn, en 1933 con motivo de los primeros 50 años de existencia de la localidad. Se transcriben a continuación, algunos párrafos del mismo que hacen referencia a la historia de la laguna y el venadito:

 A diez leguas, aproximadamente, hacia el sur del pueblo de Venado Tuerto, entre el Médano de Coria y la conocida "Picaza", cerca del pueblo de Cristophersen, se encuentra una bellísima laguna, cubierta en parte de juncos y plantas acuáticas en profusión, entre las cuales tenían sus nidos gran cantidad de aves: gallaretas, flamencos de color de la aurora, patos comunes y reales de vivos colores, el chajá y las garzas moras, los bulliciosos teros y los majestuosos cisnes. Laguna de considerable extensión de agua casi cristalina, en la que se reflejaba el cielo azul, cual un záfiro de la India. En el año 1880, el señor Eduardo Casey, acompañado por sus hermanos Santiago y Lorenzo, Eduardo y Ricardo Lett, Santiago Brett, Juan Murphy, Santiago Turner, H.Egarton y P. Hagan, recorría los campos que recientemente había adquirido, y se desvió de sus límites. Extraviado en ese desierto llegó a la laguna arriba mencionada, que despertó la admiración de todos los expedicionarios, sobre todo del señor Casey, quien arrebatado por el maravilloso cuadro que ante su vista se presentaba, cual una obra mágica en medio del desierto, preguntó la denominación al baqueano: "Señor -contestó el interrogado- los cazadores de venados ya avestruces le llaman "Tuerto Venado" y los indios también habrán adoptado ese nombre para designarla". Asombró al señor Casey el nombre tan extraño y tocado por la curiosidad volvió a interrogar al individuo, quien cumplió sus deseos diciéndole que en estos parajes, sin montañas ni ríos, las lagunas servían como punto de orientación y para distinguirlas entre sí, indios y blancos les dieron nombres por algún suceso particular o de acuerdo a  alguna leyenda antigua. En eso llamaron a cenar, y el baqueano, invitado por el señor Casey al fogón que iluminaba alegremente el campamento, contaba el relato del Tuerto Venado en los siguientes términos.

" No se sabe a ciencia cierta, si fué en el fortín de Melincué o del Hinojo, donde fué criado por los milicos un venadito guacho; pero todos están de acuerdo en que una vez crecido y paciendo con otros venado s y gamas silvestres en estos campos, siempre era el primero en buscar refugio en el fortín cuando los bárbaros igual a una tempestad avanzaban en malón contra los cristianos. La llegada del venado tuerto al fortín, era como un aviso de peligro para los pobladores y soldados y en la mayor parte de los casos tuvieron tiempo de refugiarse y defenderse contra la agresión de los salvajes.

" En un año de mucha seca, el baqueano Ignacio Merlo, de Pergamino, boleando avestruces y gamas con una cuadrilla de gente de aquel paraje, llegaron a una hermosa laguna de agua permanente, y entre otros animales mataron también este venado tuerto.

"Recordando algunos paisanos, que en otros tiempos fueron soldados del fortín, los servicios que había hecho ese venado a los defensores del mismo, en prueba de gratitud dieron el nombre de Tuerto Venado a esa laguna (nombre que se popularizó y quedó como definitivo y se encuentra en el mapa del Sur de Santa Fe, En el Gran Atlas  construido y publicado por el Instituto Geográfico Argentino, en 1894

"Esa es, señores, la leyenda que dio el nombre a esa laguna -dijo el baqueano, retirándose del fogón. (Ref 4)

 

La leyenda del criollo Tuerto Venado

Una referencia al origen del nombre de la laguna del Tuerto Venado, indica que en sus cercanías vivía un hombre solitario, tuerto y al que no se le conocía mujer, que en el habla criolla recibía la denominación de venado.

Esta versión aparece documentada en la novela "La Lanza Rota"(Ref 5), editada en el año 1954, por Dionisio Schoo Lastra ambientada en lo que fué la segunda línea de frontera. En la misma refiere un encuentro de soldados y Pablo Vargas (o Bargas), personaje histórico, que fue Teniente Coronel de la guardia nacional y  que supo recorrer el sur de Santa Fe y Noroeste de Buenos Aires.

Schoo Lastra nació en 1889, y falleció en el año 1966. Por la fecha de nacimiento, no fue testigo de ninguno de los acontecimientos que relata. Sin embargo en su libro, en la sección "Referencias personales de los señores" cita entre otros, al  Teniente Coronel Pablo Vargas, que quizá relatara esta versión sobre el origen del nombre.

 

Trascripción de fragmento del capítulo "Toro Bayo y su hermano Agustín", donde se relata el encuentro con Pablo Vargas y la referencia al Tuerto Venado

La invasión había sido más grande y más al norte habíanla efectuado los ranqueles conducidos por Epumer y había afectado casi todos los campos del sur de Santa Fe. Estos otros, indios de Pincén, se habían agregado aprovechando la coyuntura. El yeguarizo que llevaban eran de cerca de Rufino desde donde él los había venido siguiendo. Se lo robaron al Tuerto Venado de quién no se sabía si era dueño o los tenía a cuidado porque era hombre de pocas, muy pocas palabras.

- ¿Como Tuerto Venado? No tiene sentido.

- Verá patrón: es un cristiano tuerto porque le falta un ojo y venado porque así son llamados los hombres como él que nunca conocieron mujer.

- ¿Alguna lo hizo desgraciado?

- No, señor, porque entonces no sería venado.

- Vaya un modo de llamar a un hombre al que no ha de faltarle nombre.

-El no se trata con nadie y para los que le ven, así no más. (1).

 

En la página aparece la siguiente cita al pié

1. Don Pedro Christophersen, distinguido estanciero de la zona, poblador de la estancia "El carmen" en campos de la señora Carmen Alvear, aludiendo al paraje, sin que se sepa se hubiera tratado con don Pablo Vargas, a Venado Tuerto, siempre le llamó Tuerto Venado.            

 


 

La Laguna Traumá Trüli (Tuerto Venado)

La Laguna Traumá Trüli (Tuerto Venado) se encuentra a unos 5 km al este de la localidad de Christophersen. Es una típica laguna pampeana alojada en una suave depresión entre lomadas. Se puede observar una imagen satelital en Google maps: "Imagen Satelital de la Laguna Tuerto Venado"

 


Referencias

(1) Landaburu, Roberto, Irlandeses, Fondo Editor Mutual de Venado Tuerto, 1995. En "el año 1837 se encuentra documentado que así se designaba a la zona. Tomado prisionero un bombero indio en las cercanías de Los Desmochados (Casilda),  este advirtió que el grueso de la indiada al mando de Painé, se encontraba en cercanías del Benado Tuerto. Otras referencias documentales también señalan al lugar, con el topónimo citado".

(2) Barros, Coronel Alvaro, Carta de las Pampas del Sud, 1872. Referencia "Trommá Troli (Venado Tuerto)" en 62º Long Oeste y 34º50´ Lat Sur (aproximado): 

(3) Barbará Federico,  Manual de la lengua pampa.-1º Ed.- Buenos Aires: Emecé, 2000. "En el año 1879, cuando la campaña del general Roca había conseguido doblegar el grueso de la resistencia indígena y pacificar la frontera sur del país, el teniente coronel Barbará publica este Manual o vacabulario de la lengua pampa,  que mejoraba y ampliaba un trabajo suyo anterior, Usos y costumbres de los indios pampas, aparecido en 1856. En el mismo, en su glosario figura para lagunasTraumá Truli: Venado Tuerto

(4) Huhn Eduardo E., Reseña de Venado Tuerto en sus primeros cincuenta años de vida, Buenos Aires, Edición del autor,  1933

(5) Schoo Lastra Dionisio, La Lanza Rota, El Elefante Blanco (Reedición), 1997.